Inicio → Cartas → La renuncia de la individualidad

La renuncia del yo

¿Por qué debería preocuparme sobre la forma en la que se percibe mi vida? Después de todo, esta no es mi vida.

– Jan Zábrana


¿Aparentar ser normal o arriesgarse a ser uno mismo? una dualidad en la que una de ellas es una necesidad dentro de la sociedad; esta es una elección unilateral ya que se convierte en una obligación para las personas que quieren tener algo mejor en la vida, dónde no hay opción más que a doblegarse a las reglas y dejar de lado nuestras singularidades que aparentemente son mal vistas por la sociedad.

Pensarás «No necesariamente», ¿verdad? Le hablo a cierto grupo de personas, tal vez extremistas, tal vez deprimidas, y en parte ansiosas que no se sienten realizados en su vida. Personas que aún tienen miedo de expresarse, miedo del qué dirán.

Respetar las reglas y mantener una fachada de conformidad llega a ser agotador y frustrante. Sentir presión al tener que cumplir con las expectativas de todos a tu alrededor; el trabajo, la familia, los amigos... todos aquellos que creen en ese alguien que les muestras día tras día, ese alguien que no eres, ese alguien que finges ser.

Llegas a cambiar tu ser para obtener un mínimo de aceptación en cualquier lado que estés. Ahora eres una creación que realmente no te satisface, empiezas a considerar todas las diferentes perspectivas de los que te rodean, de todo lo que es bueno o malo, dándoles gusto con tal de ser aceptado y no deformar la imagen que tienen de ti.

Uno vive atrapado en esa vida por falta de dinero, por conveniencia, por apoyar, por conformismo, por miedo a lo desconocido. Empiezas a estar en situaciones que realmente no son de tu interés, juntas laborales, clases escolares, reuniones familiares y salidas con amigos en las que dejas de sentir que eres parte de ese grupo, al grado que tienes pensamientos de soledad y aislamiento aunque estés acompañado.

Desmotivarse en este punto ya es inevitable, cada día trabajar o estudiar en algo que realmente no disfrutas te consume energía y tiempo creando tanto cansancio que te hace dejar de lado eso que te apasiona, lo que los demás le llaman pasatiempos pero para uno es toda su vida.

¿Qué queda por hacer? conformarse en el ahora, seguir en lo posible, llegar a subir y esforzarse en ser mejor para ser alguien de orgullo ante los demás. Sigue y todo mejorará, pero no dejes de lado lo que te apasiona, mantenlo y aférrate a él. Algún día podrás hacerlo sin remordimientos, con orgullo. Llega al objetivo sin morir en el intento, sin llegar a agotarse todo lo que tienes dentro.


Sandra Mendivil